Ya hace años que se recomienda tanto por salud personal como por la sostenibilidad del planeta, que se consuman menos proteínas animales y más proteínas vegetales.

En las últimas seis décadas, la población mundial ha aumentado más de un 250%.

Hemos pasado de ser unos 2.6 mil millones de personas unos 7.8 mil millones. Y seguimos creciendo. Es por ello importante que vayamos encontrando formas alternativas de alimentarnos que sean más económicas y menos nocivas con el medio ambiente.

Cada día hay más personas que siguen una dieta vegana, eliminando completamente los alimentos de origen animal de su dieta. O parcialmente, como los vegetarianos.

Por otro lado, hay cada vez más personas que solo consumen carne ocasionalmente y que se denominan flexitarianos.

Lo que está claro es que las proteínas, vengan de dónde vengan, son necesarias para nuestra salud.

No solo sirven para formar músculo, tienen también funciones tan importantes como formar hormonas como la del crecimiento o la insulina.

Son fundamentales para formar enzimas que participan en reacciones químicas necesarias para que sigamos vivos.

Intervienen también en el transporte de sustancias tan fundamentales como el oxígeno y nos ayudan a mantener el pH de nuestro cuerpo.

La naturaleza pone a nuestra disposición proteínas vegetales que el hombre ha sabido utilizar y modificar para conseguir alternativas vegetales que todos conocemos.

Proteinas vegetales clásicas

Legumbres

Las lentejas, las alubias, los garbanzos, los guisantes o la soja son algunas de las legumbres que puedes tomar para obtener proteínas vegetales e hidratos de carbono complejos. Te dejo información sobre sus calorías y sus valores nutritivos en este enlace.

Quinoa

La quinoa es un pseudo cereal con propiedades nutritivas similares a las legumbres y rica en omega 3 con la que puedes hacer platos exquisitos. Sus valores nutritivos le hicieron merecedor de ser en 2013 e año internacional de la quinoa para Naciones Unidas.

Productos elaborados con las legumbres

Aquí estamos hablando del tofú, o del tempeh o el miso que se obtienen de la soja y del seitán obtenido a partir del gluten del trigo.

El tempeh y el miso, son productos fermentados y por lo tanto actúan como probióticos, siendo beneficiosos para tu flora intestinal. Existe también el tempeh elaborado a partir del garbanzo.

Las Micoproteínas: Las nuevas proteínas vegetales

Pero las proteínas de las que más se habla últimamente no vienen de los animales ni de los vegetales, se obtienen de los hongos.

Para producir estas micoproteínas, las especies de hongos comestibles se cultivan en biorreactores de laboratorio. Posteriormente se extrae la proteína del hongo por diversas técnicas.

Ventajas de las micoproteínas

  • Estas proteínas pueden sustituir total o parcialmente a las proteínas animales.
  • Son una buena fuente de aminoácidos, carbohidratos, vitaminas y carotenos.
  • Su coste de producción es reducido y poco contaminante.
  • Pueden obtenerse tanto en climas secos como húmedos.
  • 100g de estas micoproteinas te pueden aportar hasta 45 g de proteína con propiedades similares a las que te aporta la leche.
  • Parecen ser más efectivas para formar músculo que las proteínas de la leche.
  • Son ricas en fibra, especialmente en beta glucanos y N acetil glucosamina. Ambos componentes buenos para tu flora intestinal y para tu salud.
  • Su contenido en grasa es bajo, y aporta sobre todo grasa poliinsaturada, con efectos beneficiosos para nuestro organismo y nuestro corazón.
  • Tienen un poder saciante elevado.

Dónde encontrar estas nuevas proteínas vegetales, las micoproteínas

Por ahora, la micoproteína que se comercializa con más éxito es la denominada Quorn. En España no se comercializa tanto como en el resto de Europa. Es originaria de Inglaterra, país en el que llevan décadas consumiéndola.

Al principio se elaboraba con clara de huevo por lo que no era apta para las personas veganas, aunque actualmente ya no lo lleva.

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