La necesidad de una alimentación sostenible es cada vez más evidente. No podemos pretender que nuestra salud mejore sin tener en cuenta también la salud de nuestro planeta.

Qué es la alimentación sostenible

Según la FAO, «las dietas sostenibles son aquellas que generan un impacto ambiental reducido y que contribuyen a la seguridad alimentaria y nutricional y a que las generaciones actuales y futuras lleven una vida saludable.

Además, las dietas sostenibles protegen y respetan la biodiversidad y los ecosistemas, son culturalmente aceptables, accesibles, económicamente justas y asequibles y nutricionalmente adecuadas, inocuas y saludables, y optimizan los recursos naturales y humanos».

En los últimos 10 años, han sido muchos los países que han ido incorporando consideraciones de sostenibilidad en sus políticas alimentarias y programas de educación del consumidor,  aún así esto no es fácil de lograr.

Inconvenientes de la sobreproducción alimenticia

El hombre ha luchado a lo largo de los siglos por poder comer cada día. Por esta razón, ha buscado a lo largo de la historia la manera de obtener alimentos a diario.

Gracias a los avances tecnológicos hemos conseguido cultivos más resistentes, ganaderías más productivas, preparaciones que tardan en caducar e incluso métodos de almacenamiento y de transporte que permiten que los alimentos viajen por todo el planeta.

Esta sobreproducción de alimentos ha aportado muchas ventajas al hombre, pero también muchos inconvenientes.

Sobrepeso y obesidad

Por un lado, en nuestra sociedad, esta abundancia de alimentos, y especialmente de productos ultraprocesados hace que cada vez haya más personas con problemas de peso y obesidad.

Y es que el cambio de hábitos dietéticos de los últimos años no solo nos ha permitido comer más, sino que, en muchos casos nos ha hecho comer peor. hemos sustituido en muchas casas los platos tradicionales por productos elaborados con muchas calorías y menos nutrientes.

Consumo nada sostenible

Nuestro sistema de consumo actual es insostenible para nuestro planeta y para nuestra salud.

Nuestra responsabilidad como consumidores es muy importante. Si decidimos hacer un consumo sostenible, la industria irá cambiando.

Nuestras elecciones influyen más de lo que pensamos. Lo que más se produce es lo que más se demanda. Con un consumo sostenible ganamos en salud y protegemos el planeta.

Consejos para una alimentación sostenible

Hoy os doy unas recomendaciones para promover unas prácticas y elecciones alimentarias mucho más sostenibles para nuestra alimentación y nuestro planeta. 

Consume menos productos animales y basa tu alimentación en alimentos de origen vegetal

Basa tu alimentación en verduras, frutas, tubérculos, frutos secos, semillas, cereales no procesados como el maíz o el arroz y en legumbres. Y reduce el consumo de proteínas animales.

Hay alimentos de origen vegetal que nos aportan una gran cantidad de proteínas, a la vez que  nos aportan también fibra, hidratos de carbono de absorción lenta, grasas cardiosaludables y vitaminas y minerales esenciales.

Estos alimentos son las legumbres, los frutos secos y algunos pseudocereales como la quinoa.

Además de ser muy beneficiosos para nuestra salud, el impacto medioambiental para producirlos es mucho menor que el que puede ocasionar la producción de alimentos de origen animal.

Ya en el año 2016 la Asamblea General de las Naciones Unidas lo proclamó como el Año Internacional de las Legumbres. No solo son muy sanas y beneficiosas para nuestro organismo sino también para los medios de subsistencia de los agricultores y para el medio ambiente.

 La FAO nos recuerda que las legumbres no consumen mucha agua para producirse. Para obtener un kilo de legumbres se necesitan 50 litros de agua mientras que para obtener un kilo de cordero o de ternera se necesitan 5520 y 13 000 litros respectivamente. Además, el cultivo de las legumbres aumenta la fertilidad del suelo y reducen de forma indirecta las emisiones de gases de efecto invernadero.  Por otro lado, la reducción del consumo de carne es beneficioso para la salud.

Consume productos de temporada y de proximidad

Si quieres que tu alimentación sea sana y sostenible consume productos de temporada. De esta manera ahorrarás dinero y ganarás en sabor y calidad.

Si además compras productos de proximidad, no solo mejorarás la economía de tu región y de tu país, sino que contribuirás a proteger el medio ambiente.

En el caso de los pescados y mariscos, respeta sus ciclos de reproducción y pesca.  Reduciríamos así la pesca indiscriminada e ilegal.

Intenta comprar huevos y pollos criados al aire libre y bien alimentados. Puedes saber su proveniencia con la numeración que llevan en la cáscara. Si compras alimentos de origen animal como la leche o la carne, intenta saber su procedencia y si es un tipo de ganadería responsable con el medio ambiente.

Por otro lado, al comprar alimentos locales favorecerás el desarollo económico y social de la zona en la que vives. Evitarás además, la contaminación del transporte en cámaras o frigoríficos reduciendo así el impacto ambiental que esto conlleva. 

Reduce el consumo de alimentos envasados

Hacer un consumo sostenible es elegir bien lo que compras. Si puedes elegir entre un alimento a granel o uno empaquetado, elige siempre el primero. Cuanto menos desperdiciemos, mejor para todos.

¿No te has preguntado por qué hay que comprar la fruta o la verdura en bandejas cubiertas de plástico? y, ¿para qué sirve algo que vas a tirar directamente a la basura? Pues para contaminar más y encarecer lo que compramos.

Recuerda llevarte a la compra tus propias bolsas. Y si es posible que sean reutilizables como estas que uso yo.  Elige las que más te convengan, pero evita paquetes innecesarios.

Compra alimentos y no tanto producto y reutiliza y recicla todo lo que puedas.

Intenta evitar todos aquellos objetos de plástico de un solo uso como pajitas, cubiertos, vasos o platos de plástico y botellas. Siempre que puedas bebe agua del grifo y olvídate de las botellas. Tu salud y la del planeta, te lo agradecerán.

Reduce el desperdicio de alimentos

Trata de ir a la compra sabiendo qué ingredientes o alimentos necesitas comprar y cuáles no. Será mucho más económica y sostenible ya que evitarás adquirir productos en exceso y que luego no utilizarás.

Con ello además reducirás la producción de desperdicios. Según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, somos el séptimo país que más comida desperdicia, en concreto 7,7 millones de toneladas de alimentos.

Fíjate en la fecha de consumo preferente o fecha de caducidad de los alimentos o productos que compras.

Cuando te sobre comida, utiliza esos alimentos ya elaborados para consumirlos en otras recetas o para congelarlos. 

Dale prioridad a los alimentos frescos que tengas en la nevera y que tienen una vida útil menor. Cómelos antes de que se echen a perder. 

Actualizada 12/10/2019

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