Según el análisis efectuado por la EAE Business School, en 2014 cada español gastó de media al año una cantidad de 42,61 euros en comida rápida. Esto supone que el gasto en comida rápida en España fue de 1.980 millones de euros: un 6% más que el año anterior.

Este estudio de la EAE, en 2014, situó a España junto a Italia, Australia, Alemania y Canadá, como uno de los países en los que menos se gastó en comida rápida (1.980 millones de euros) frente a países como EE.UU., China o Japón (65.524, 36.657, 29.396 millones de euros respectivamente) encuadrados dentro de los países que más gastaron en este tipo de comida.

Aunque estemos encuadrados dentro de los países que menos gastamos en comida rápida, las cifras de su consumo siguen aumentando paulatinamente.

El mismo estudio para 2019 se preveía que España suba hasta los 2.942 millones de euros. Ya en 2017 las ventas del mercado de comida rápida crecieron un 5,6% en 2017, impulsadas por las pizzerías y el ‘delivery’.

Todos sabemos el efecto dañino que tiene en nuestro organismo un abuso continuado de comida basura. ¿Realmente qué puede ocasionar en nuestro organismo?

Aumento de peso

La comida rápida o comida basura es de alta densidad energética. Además suele consumirse en un corto espacio de tiempo.

Por lo general presenta un perfil nutricional de escasa calidad. Aporta un alto contenido de grasas saturadas, colesterol e hidratos de carbono. El exceso de energía mantenido junto a un aporte continuado de grasas saturadas, colesterol, azúcares y/o sal favorece el aumento de peso así como mayor probabilidad de sufrir otras enfermedades.

Este tipo de comida te aporta muchas calorías pero muy pocos nutrientes. Si su consumo se mantiene en el tiempo, unido además a la deficiente práctica de ejercicio físico, seguramente tu peso aumentará.

Problemas digestivos

La comida basura al tener una alta cantidad de grasas saturadas  y grasas trans en su composición, además de muchos condimentos y sal, pueden alterar el estómago e intestino produciendo reflujo, síndrome de colon irritable u otras enfermedades gastrointestinales.

Con este tipo de alimentación las digestiones también son más pesadas. Si se consumen por la noche, el sueño también se verá alterado.

Además, son alimentos muy pobres en fibra por lo que también aumentan el riesgo de padecer problemas de hemorroides y estreñimiento.

Aumenta el riesgo de padecer diabetes tipo II, síndrome metabólico y enfermedades cardiovasculares 

Esta revisión bibliográfica  nos advierte de los diversos efectos irreparables en nuestra salud por un consumo de comida rápida. Entre algunos de ellos destaca el aumento de la probabilidad de sufrir resistencia a la insulina, diabetes, síndrome metabólico y enfermedad cardiovascular.

También la enfermedad del hígado graso no alcohólico, una característica hepática del síndrome metabólico, podría ser el resultado del consumo de comida rápida. En este estudio de intervención, se vió como el consumo de 2 o más veces al día de comida rápida durante 4 semanas de seguimiento en sujetos sanos, aumentó los niveles séricos de alanina aminotransferasa, índice de resistencia a la insulina y el contenido de triglicéridos hepáticos, así como el porcentaje de grasa corporal. Por lo que el consumo de comida rápida también puede dañar tu hígado.

Provoca fatiga y debilidad

Un abuso continuado de comida basura puede provocarte fatiga y debilidad. Este tipo de alimentación  carece de los nutrientes esenciales que necesitamos para mantener a nuestro organismo sano y con energía.

Es cierto que cuando la consumes sientes la sensación de estar satisfecho. Pero al no aportarte nutrientes de calidad (vitaminas, minerales, proteínas…) al poco tiempo puedes sentirte cansado y débil.

Aumenta el riesgo de padecer cáncer

Un consumo excesivo de este tipo de comida, puede llevarte a un aumento de peso lo que puede derivar en un sobrepeso u obesidad. No hay que olvidar que la obesidad favorece aproximadamente el 20% de todos los casos de cáncer.

Además, por lo general este tipo de comida son deficitarias en fibra por lo que puede aumentar las probabilidades de padecer distintos tipos de canceres digestivos.

Debes intentar no consumir este tipo de comida y si la consumes que sea de forma muy esporádica. Estés o no intentando perder peso, debes cuidarte procurando no abusar de este tipo de alimentación. Te aporta muchas calorías que no son interesantes desde el punto de vista nutricional. Recuerda cuánto ejercicio tendrías que hacer para quemarlas.

Recuerda comer comida real siempre y hacer tu ejercicio físico de forma habitual. Piensa que si algún día te has excedido un poco comiendo este tipo de comida deberías aumentar tu rutina de ejercicio en intensidad y duración.

Actualizada 27/01/2020

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