Una pregunta que mucha gente se hace es si es posible perder grasa localizada.

La distribución de la grasa en las personas depende de muchos factores entre los que destacan los genéticos y los hormonales.

Factores genéticos

Cada uno de nosotros nacemos con una información genética que nos transmiten nuestros padres. El 50% de nuestros genes los heredamos de nuestro padre y el 50% de nuestra madre.

Esta información genética va a determinar infinidad de aspectos: rasgos físicos, altura, predisposición o no a ciertas enfermedades… y también nuestra forma de acumular la grasa.

En una misma familia puede haber algunas personas cuya distribución de grasa es principalmente alrededor del abdomen y otros con un mayor cúmulo de grasa alrededor de la cadera y de los muslos.

Factores hormonales

Las hormonas, por otro lado, hacen que el exceso de grasa en los hombres tienda a acumularse principalmente a nivel abdominal mientras que en las mujeres hay más tendencia a que se acumule alrededor de la cadera y de los muslos.

Este acúmulo de grasa femenino es utilizado durante el embarazo para asegurar un adecuado aporte energético tanto a la madre como al niño, favoreciendo así una adecuada fertilidad.

La disminución de las hormonas femeninas de la mujer con la menopausia es la principal responsable de que a partir de este momento las mujeres tiendan a acumular más grasa a nivel abdominal.

Cuando aumentamos de peso, porque recibimos más energía de la que necesitamos, nuestro cuerpo la almacena en forma de grasa y de acuerdo a nuestra disposición genética y hormonal.

No hay ningún ejercicio, ni ningún tipo de dieta que permita que una persona pierda grasa de un solo sitio concreto.

Al perder peso nuestros depósitos de grasa irán disminuyendo, pero no siempre de la manera que nos gustaría.

Es verdad que el ejercicio nos puede ayudar no solo perder peso más fácilmente, sino a modelar nuestra figura. Pero que nadie piense que por hacer abdominales se pierde “la barriga” o por hacer sentadillas disminuyen nuestros glúteos.

Con el ejercicio aumentamos el gasto calórico y con la constancia y el esfuerzo aumentamos la masa muscular. Pero cuando un músculo trabajo quema más energía en general y no solo la de la grasa de la zona que se trabaja.

Por lo tanto, si además de tu salud, te preocupa tu físico, come bien, come sano y practica ejercicio regularmente.

Combina los ejercicios aeróbicos como correr, bicicleta, natación…con los ejercicios de fuerza en los que ejercites diferentes grupos musculares.

Solo así conseguiras estar sano. Y no olvides que sin salud no hay belleza.

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