Desde hace ya muchos años se sabe que el consumo de refrescos es una de las causas del aumento de la obesidad en el mundo. Pero el problema es que además de afectar a nuestros kilos afectan nuestra salud.

Refrescos y obesidad

Hace años hubo un gran revuelo en Estados Unidos por varios estudios que relacionaron el consumo de refrescos azucarados en niños con el aumento de peso.

Estas bebidas no producen sensación de saciedad por lo que tanto los niños, como los adultos que comen bebiendo refrescos no comen menos cantidad que los que comen con agua, pero consumen más calorías

Estas bebidas azucaradas no tienen ninguna ventaja nutritiva y pueden favorecer la aparición de diabetes, hipertensión o problemas cardiovasculares. Han sido tan evidentes los resultados obtenidos con estos estudios, que se han planteado múltiples opciones para intentar reducir su consumo en la población general y en especial en los niños. Sin embargo, la mayoría de las medidas siguen siendo temporales y en muchos casos poco efectivas.

Lo que está claro es que todos debemos tomar conciencia del problema ya que la obesidad de la población en general e infantil crece cada día más.

Refrescos y salud

Los estudios sobre los efectos negativos de los refrescos sobre la salud se multiplican cada día.

Uno de los últimos estudios publicados en la revista Cancer Epidemiology advierte que tomar más de dos refrescos azucarados al día aumenta la probabilidad de padecer cánceres asociados a la obesidad como el de colon o el de riñón.

Es un estudio hecho estudiando a más de 900.000 personas a lo largo de más de 30 años por lo que los datos obtenidos tienen bastante consistencia científica.

Además, los autores han observado una relación entre el consumo de refrescos sin azúcar, es decir refrescos con edulcorantes, light o zero y un aumento de la probabilidad de tener cáncer de páncreas. Respecto a esta última afirmación, los autores advierten que necesitan ulteriores estudios para definir la causalidad.

En cualquier caso, también se ha visto que la sustitución de los refrescos azucarados por la de refrescos con edulcorantes no ha servido para disminuir las cifras de obesidad y cada vez hay más estudios que nos advierten de sus posibles riesgos para nuestra salud y para la de nuestra microbiota.

Pero lo que queda cada día más claro es que ni el exceso de azúcar ni el exceso de edulcorantes presentes en los refrescos son recomendables para la salud. Lo ideal para hidratarnos y para beber es el agua. Los refrescos deben ser considerados como caprichos y, por lo tanto, de consumo ocasional. Y en cualquier caso, si te apetece un refresco, es mejor si los haces en casa con buenos ingredientes que no alteren tu salud. Aquí te dejo algunas ideas.

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