La Anisakiasis es la infección accidental de los seres humanos por larvas de un parásito llamado Anisakis.

Por qué se produce la infección

Las larvas de anisakis se encuentran en los peces de mar y calamares.
La enfermedad se produce cuando el hombre come pescado infectado. El parásito intenta introducir su cabeza en nuestro estómago o en el intestino.

Qué alimentos pueden contener anisakis

Los pescados más frecuentemente parasitados son la merluza y el bonito (casi el 100% de la merluza del cantábrico mayor de 65 cm, y hasta el 81% del bonito). Sin embargo, los que más episodios de Anisakiasis producen son otros, que se consumen con menor preparación (crudos, marinados…), como el boquerón, la anchoa y la sardina. Hay otras especies marinas infectadas como los crustáceos (langosta, gamba, cangrejo…) o los cefalópodos (pulpo, sepia o calamar) cuya ingestión, sin las medidas adecuadas, también suponen un riesgo.

¿Existen alimentos seguros?

Los mejillones, las ostras, los berberechos y todos los bivalvos se pueden comer de forma segura.

Qué síntomas produce la infección por anisakis

Los síntomas suelen aparecer antes de 48 horas después de la ingestión, pero su patrón es variable. Puede aparecer dolor abdominal, nauseas y vómitos.

La Anisakiasis también puede provocar reacciones alérgicas que abarca desde urticarias leves (prurito y lesiones cutáneas), hasta la más grave anafilaxia que puede causar shock y peligro vital.

Recomendaciones para evitar la infección por anisakis

Lo fundamental es la prevención.

El anisákis muere tras 48 horas de congelación a -20ºC (en congeladores de al menos 3 estrellas) o tras cocinar el pescado durante un mínimo de 10 minutos a más de 60ºC. La plancha o la fritura no son suficientes.

Hay que evitar comer pescado crudo, marinado, en forma de carpaccio, salazones, ahumados, ceviche o encurtidos si no estamos seguros que ese pescado se haya congelado previamente al menos 48 horas en congeladores de al menos 3 estrellas a -20ºC.

Es preferible consumir las colas de pescados grandes, procurando evitar las áreas ventrales cercanas al aparato digestivo del pescado.

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