Una correcta hidratación es fundamental para nuestra salud y para ello lo mejor es beber agua.

El negocio de las bebidas es de tal magnitud, que es casi imposible encontrar una persona en el mundo que no haya probado algún refresco. Lo malo no es que consumamos una de estas bebidas ocasionalmente. El problema es que en los últimos 50 años hemos introducido todo este tipo de bebidas en nuestras comidas y tentempiés.  Lo que antes era un consumo ocasional, ha pasado a ser actualmente un consumo diario.

Si vamos al supermercado es difícil ver un carro de compra familiar en el que no haya refrescos o zumos.

Con la excepción de la leche, para las personas no intolerantes, el resto de las bebidas envasadas son totalmente prescindibles. Es más, en la mayoría de los casos, inadecuadas para su consumo habitual.

Si acostumbráramos a nuestros hijos a beber agua y no otro tipo de bebidas, mejoraríamos la salud bucal de los menores y reduciríamos enormemente las cifras de obesidad así como muchas enfermedades relacionadas con el peso.

Un zumo de fruta envasado no sustituye nunca a una fruta, y, a pesar de lo que diga el envase, no debe ser considerado como parte de una dieta equilibrada.

Refrescos azucarados

Las bebidas que contienen azúcares añadidos (sacarosa, jarabe de maíz alto en fructosa), se asocian con un mayor riesgo de aumentar de peso y por lo tanto, favorecen el sobrepeso y la obesidad.

Refrescos sin azúcar y sin calorías

Cada vez hay más estudios que demuestran que el consumo de edulcorantes no es innocuo para nuestro organismo. El sabor dulce desencadena una serie de respuestas en el organismo que a la larga pueden ser las responsables de enfermedades como diabetes u obesidad. Y es que los edulcorantes a la larga te hacen comer más y además alteran tu microbiota o bacterias intestinales.

No pensemos por lo tanto que al no tener calorías, una bebida es innocua.

Zumos o néctares de fruta

Un zumo de fruta envasado no sustituye nunca a una fruta, y, a pesar de lo que diga el envase, no debe ser considerado como parte de una dieta equilibrada.

Es cierto que hay zumos con mayor contenido en fruta y otros con menos o ningún azúcar añadido, pero en ningún caso tienen tanto valor nutritivo como una pieza de fruta.

En general, hasta el zumo de naranja que nosotros elaboramos en casa, desperdicia parte de los nutrientes de la naranja. Por lo tanto siempre que podamos, intentemos masticar la fruta en vez de beberla.

Otros preparados líquidos  

Cualquier otra presentación industrial líquida como batidos, derivados lácteos líquidos, mezclas lácteas con fruta… son igualmente innecesarias y deben considerarse como un capricho y no como un alimento. Suelen tener en general gran cantidad de azúcares y en algunos casos también grasas poco recomendables.

Por lo tanto, para la sed y para cuidar de tu salud bebe agua.

Pin It on Pinterest

Share This