Las cifras de obesidad infantil están creciendo de forma alarmante en todo el mundo y también en España. En 2014 nos advertían que casi el 30% de los niños españoles padecen sobrepeso u obesidad. El problema es que un niño obeso será seguramente un adulto obeso con las complicaciones que eso conlleva para su salud.
Existe actualmente tanta oferta y tanta información sobre alimentos que los padres ya no saben qué es bueno o qué es malo para sus hijos.
Por eso, si a tu hijo le sobra peso, sigue estos consejos:
Contenido del post:
No pongas a tu hijo a dieta
Lo primero que tienes que entender es que tu hijo debe seguir una alimentación sana y equilibrada como el resto de la familia. Para organizar los menús de la familia guíate por las reglas del triángulo saludable para que no le falte ningún nutriente a tu hijo.
No dejes que él decida los menús
Cada día hay más niños que comen lo que quieren y sobre todo que deciden no comer verdura. Tu hijo tiene que entender que el menú que le ofreces es el que le conviene para crecer, para estar fuerte, para rendir mejor en el colegio…en definitiva para su salud.
Tiene que entender que lo que le ofreces para comer lo haces por su salud y no por su peso. De ahí que sea importante que toda la familia coma lo mismo.
La comida sana, y concretamente la verdura es fundamental para todos los niños, independientemente de su peso.
No pretendas que se coma un plato entero de algo que no le gusta, pero debe al menos probarlo. Confórmate con eso y no le des otra alternativa. Verás como con el tiempo va asimilando los nuevos sabores.
Y recuerda que tanto tú como él debéis comer todos los días al menos dos raciones de verdura.
Evita el picoteo
Muchos niños comen de forma saludable a las hora de las comidas pero van engordando por todo lo que comen entre horas. Explica a tu hijo que eso no es bueno para su salud e intenta que respete los horarios. Si come 5 veces al día no pasará más de tres horas sin comer que es el tiempo que tardas aproximadamente en digerir los alimentos. Explícale que la alimentación es algo importante y que no debe coger alimentos por su cuenta y sin supervisión de un adulto.
Evita las chucherías
Es evidente que un niño solo puede comer o beber aquello que tiene a su alcance. Empieza por depurar tu nevera y tu despensa de cosas innecesarias. Lo que no es bueno para tu hijo no es bueno para nadie de tu familia, insisto, independientemente del peso. Evita pues tener refrescos, zumos, postres industriales, bollería, galletas especiales, helados, aperitivos….Que esas “chucherías” no formen parte de la rutina de vuestra alimentación.
Reduce las raciones
Un niño no necesita raciones enormes, aunque esté creciendo. Piensa que su estómago es proporcional a su tamaño. Es recomendable que no le llenes demasiado el plato. Si quiere más ya te lo pedirá. Y sobre todo ten cuidado con las raciones de proteína animal (carne, pescado o huevo). Solemos dar a los niños mucha más proteína de la que necesitan. Como la cantidad depende del peso de tu hijo, consulta a su médico para que te asesore pero piensa que más de 100 0 125 gramos no va a necesitar.
Evita el sedentarismo
Tienes que intentar que tu hijo se mueva. No intentes que coma menos. Intenta que se mueva más. Si a tu hijo le gusta comer, el ejercicio le ayuda a quemar la energía y además le entretiene y le ayuda a mejorar el rendimiento cerebral. No le dejes todo el día frente al televisor. Que juegue y que haga deporte. Hoy en día hay muchas opciones divertidas y gratis o subvencionadas para los niños. Solo hace falta que busques la que más le apetezca a tu hijo.
No tires la toalla
El futuro de tu hijo está en tus manos. Si sabes cómo hacerlo y estás convencido/a de su importancia conseguirás que tu hijo coma sano y se mueva más. Te aseguro que tu hijo te lo agradecerá.