Hoy quiero hablarte de lo importante que es para nuestros hijos y para nosotros que hagamos dieta sana en familia o en pareja.

Veo a menudo cómo madres o padres que comen bien o que están haciendo una dieta saludable porque quieren perder peso, siguen dando a sus hijos menús desequilibrados y pocos nutritivos.

Y lo mismo ocurre cuando cuidamos a una persona mayor.

Si estamos convencidos de lo importante que es una dieta equilibrada para la salud, deberemos convencer también de ello a nuestros hijos, y debe participar de ello la familia al completo. Independientemente de la edad, del peso o de la actividad física, todos los miembros mayores de 3 o 4 años de una casa deberían comer lo mismo.

Cómo te explico en este video, la dieta equilibrada es similar para todos. Solo dependiendo de las necesidades de cada uno variarán las proporciones de cada alimento, pero sin perder por ello su calidad nutritiva.

Al igual que desde pequeños les inculcamos la importancia de comportarse bien, de ser respetuosos o de esforzarse en el colegio, debemos enseñarles lo importante que es también comer bien y tener una dieta sana.

Y cuando hablamos de comer bien, no se trata tanto de enseñarles a sentar en la mesa o usar adecuadamente los cubiertos. Más importantes que los modales, son los alimentos.

Los niños deben aprender desde la infancia que una comida saludable es necesaria para que crezcan sanos. No se trata de enseñarles a la fuerza sino de educar desde pequeños su paladar a nuevos sabores y nuevas texturas.

Aprendizaje por imitación. Valores y dieta sana en familia

Un niño imita lo que ve y no lo que le dicen que haga. Por eso, si queremos que un niño coma bien, deberemos empezar por comer igual de bien los adultos.

Lo ideal para cualquier aprendizaje, es que se haga de forma agradable y apetecible para el que lo recibe. Cualquier niño está encantado de pasar tiempo con sus padres o con sus abuelos, y qué mejor manera, que alrededor de una buena comida.

En la actualidad, es difícil compaginar el trabajo con la vida familiar. No siempre conseguimos comer con nuestros hijos todas las veces que querríamos. Aún así, es importante que al menos una o dos comidas se hagan cada día en familia durante la semana. Aprovecha el fin de semana para poder comer con ellos.

Involucra a todos los miembros de la familia: padres, niños, abuelos …

Muchos niños, en vez de comer con sus padres comen con sus abuelos o con otro adulto que cuida de ellos. En estos casos, es importante que entiendan que el niño tiene que comer lo que le conviene, aunque no siempre sea lo que más le apetece.

Igual que no dejarías que tus hijos se acuesten a la hora que quieran, cuando tienen que madrugar, debes intentar que su dieta habitual sea equilibrada.

Aprovecha pues las comidas familiares para educarles. No organices menús diferentes para ellos e intenta que el momento de sentarse a la mesa sea distendido y agradable. Evita las peleas y no les obligues a comérselo todo, pero sí a que lo prueben. No comáis con la tele encendida y aprovechad que estáis juntos para conversar.

El niño debe asociar la hora de la comida con un momento agradable. El simple hecho de comer en familia, ya convierte ese momento en algo especial para él. Aunque haya alimentos que no le gusten, no debemos hacer un drama de ello. Nos basta con que los pruebe y que entienda que comer sano es fundamental para su salud. Con el tiempo, el niño entenderá que aunque proteste debe comer el menú que se le ofrece y no lo que él decida.

Habrá días que coma más y días que coma menos, pero al menos comerá bien y disfrutara del tiempo que pasa con su familia.

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