El acné es un problema que afecta cada vez a más personas en nuestra sociedad y es habitual que pensemos que existe una relación entre dieta y acné.

Aunque en todos los casos es aconsejable acudir al médico para que se descarten problemas hormonales que lo produzca, es evidente que un adecuado estilo de vida puede ayudar a mejorar tu acné.

Hay muchos  estudios que demuestran  la relación entre un determinado tipo de alimentación y la mejor o peor evolución clínica del acné.

Es evidente que el acné no afecta a todo el mundo por igual, pero una vez que tengamos el diagnóstico e incluso un eventual tratamiento médico, debemos saber que es importante compaginarlo con un tipo de dieta determinado.

Qué alimentos pueden producir más acné  

Los alimentos con mayor carga glucemica como son los dulces, los cereales refinados y otros alimentos ricos en azúcares simples  elevan la cantidad de la hormona IGF-1,  que aumenta a su vez la producción de sebo. Se ha visto que aquellas personas que no siguen una dieta occidental (es decir dietas con una menor carga glucémica) tienen una prevalencia menor de acné.

Otro alimento asociado con la aparición del acné es la leche, concretamente la leche desnatada muestra una correlación mayor que la de tipo entera. Se ha visto que la leche produce un aumento en la insulina y en la IGF-1, un factor de crecimiento relacionado con mayor producción de acné.  Los macronutrientes de  la leche no serían los responsables del acné, sino los precursores hormonales que se activan.

Empezar el día con un desayuno con  pan, cereales y leche, no sería por lo tanto la mejor manera de empezar el día para acabar con el acné.

El estrés y los trastornos gastrointestinales son otros enemigos que cursan con mayor producción de acné.

¿Qué alimentos son más recomendables para complementar otros tratamientos anti-acné?

Los probióticos  han demostrado tener una efectividad considerable, ya que mejoran las bacterias intestinales y con ello la producción del acné es menor.

Otros factores que ayudan a reducir la inflamación sistémica del organismo son: los alimentos ricos en Omega 3. En diversos ensayos clínicos se han logrado buenos resultados con estos suplementos.

La aplicación de una crema con bacterias Streptococcus thermophilus, presente en muchos fermentos lácteos, puede mejorar la piel.

El té verde ha sido también utilizado con éxito para reducir el acné, tanto en infusión como en crema. Se cree que el beneficio viene por partida doble, por un lado reduce la inflamación y por otro inhibe la acción de los andrógenos (que contribuyen a la producción excesiva de sebo).

Dieta y acné: Vitaminas y minerales para la piel

Las vitaminas en general juegan un papel clave en la salud de la piel. En concreto las vitaminas A, E y D son fundamentales para una buena salud dérmica. Se ha visto que niveles bajos de vitamina A y E pueden contribuir al empeoramiento del acné.

El zinc es un mineral que ha demostrado beneficios en la lucha contra el acné, fundamentalmente por su acción inflamatoria.  de hecho, se cree que uno de los motivos por los que la leche empeora el acné es porque interfiere con la absorción del zinc.

Aunque no hay consenso, parece que la exposición moderada al sol es beneficiosa para el acné, probablemente por una combinación del aumento de vitamina D y por el efecto de la luz intensa .

Mitos sobre acné y los alimentos  

El consumo de chocolate no eleva la probabilidad de tener acné. El cacao o el chocolate no interfieren en la producción de acné, son más bien  la leche y los azúcares añadidos presentes en la mayoría de los chocolates los que contribuyen a su aparición.

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