Uno de los frentes abiertos contra el cáncer es la prevención primaria. Casi la mitad de los países desarrollados, entre ellos España, presenta sobrepeso u obesidad. El exceso de peso y la ausencia de ejercicio físico desde edades tempranas nos hace más susceptibles de padecer ciertos tipos de cáncer.

El cáncer no es una enfermedad que se desarrolla de la mañana a la noche. Es un proceso que puede durar años, en el que van ocurriendo diferentes cambios celulares por el contacto o exposición continuada de nuestro organismo a sustancias cancerígenas, algunas de las cuales están en los alimentos. Por ello actualmente nuestra alimentación es la segunda causa prevenible de cáncer después del tabaco. Una buena alimentación ayudaría a prevenir casi el 35% de los cánceres.

Las frutas y verduras que han demostrado mayor efecto antitumoral y que por tanto deberíamos incluir en nuestra dieta diaria son:

  • Coles: Coliflor, brécol, repollo, lombarda, coles de Bruselas, col rizada, rábano o nabos.
  • Verduras de hoja de color verde como las espinacas o la lechuga.
  • Hortalizas de color naranja o rojo como los pimientos, la calabaza, el tomate o la zanahoria.
  • Frutas como la naranja, las uvas, la sandía o las frutas del bosque.
  • Ajo y cebolla.

Además de las frutas y las verduras, es fundamental para prevenir el cáncer un consumo elevado de fibra (insoluble y soluble) que se encuentra principalmente en los productos integrales, en los cereales, en las legumbres y de nuevo en las frutas y verduras.

Es necesario reducir el consumo de grasa e intentar que las que comamos sean sanas como el aceite de oliva o la de los pescados azules como las sardinas o la caballa.

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