El antibiótico es un fármaco que mata o impide el crecimiento de ciertos microorganismos y fundamentalmente de ciertas bacterias.
Los antibióticos se utilizan en los hombres, en los animales y en la horticultura. Como medicinas son realmente extraordinarias. Son capaces de curar muchas enfermedades e históricamente han salvado millones de vidas. Sin embargo, su uso indiscriminado, tanto en la producción de alimentos como para curar enfermedades para las que no sirven, pone el riesgo la salud de todos en el planeta.
El hecho es que en el mundo son cada día más las bacterias resistentes a los antibióticos. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) éste es el mayor riesgo en materia de enfermedades contagiosas en todo el planeta.
El problema es que, si no se actúa, y seguimos usando los
antibióticos de manera indiscriminada, en poco tiempo dejarán de ser efectivos
y la gente volverá a morir de enfermedades que actualmente se curan como la
neumonía o la tuberculosis.
Frenar este problema también está en nuestras manos. Para ello es importante la
colaboración de todos:
Contenido del post:
Pacientes
Por un lado, es importante que como pacientes no tomemos antibióticos a la menor décima de fiebre o para curar una gripe o un resfriado. El antibiótico en estos casos no sirve de nada ya que la mayoría de las veces el causante de nuestra enfermedad es un virus al que el antibiótico no mata. Pero es que además, nuestro cuerpo se puede hacer resistente a ese antibiótico y ya no nos servirá cuando de verdad sea necesario. Por eso en caso de duda, lo mejor es que consultes a tu médico.
Profesionales
Por otro lado, es importante que los profesionales que prescribimos o administramos
los antibióticos, es decir médicos, veterinarios, horticultores… seamos
responsables a la hora de usarlos y valoremos adecuadamente cuando son
realmente necesarios. Es importante también que sepamos elegir y administrar
los que son realmente efectivos sin necesidad de irnos directamente a los de
última generación. Cuanto más potente es un antibiótico más tipos de bacterias
mata, pero lo que realmente importa es tratar la bacteria que nos está causando
la infección. Con una elección adecuada y en base a un antibiograma,
protegeremos al organismo que tratemos de futuras resistencias. Dicho de otra
manera, no hace falta que matemos “moscas a cañonazos”.
Con la colaboración de todos podemos conseguir que los antibióticos sigan salvando muchas vidas, incluida la nuestra y la de nuestras familias.